SOBRE LA PROPIEDAD
Esta casa con tanto encanto ha sido, durante muchos años, un lugar de parada obligatoria para quienes cruzan el Coll de Sóller. Hoy sigue manteniendo esa esencia: un lugar tranquilo donde muchos ciclistas se detienen para tomar aire, descansar y disfrutar del entorno después de la subida.
La propiedad tiene mucha personalidad y está rodeada de terrazas soleadas y una gran zona de madera junto a la piscina, perfecta para relajarse y disfrutar de las vistas a la montaña.
Al entrar, nos recibe una agradable zona de bar con cocina equipada, ideal tanto para el día a día como para seguir ofreciendo servicio a visitantes si uno lo desea. En este espacio hay también una chimenea que hace el ambiente aún más acogedor. Desde aquí se accede a un pequeño despacho y a un aseo de invitados.
La sala de estar es amplia y luminosa, con una estufa de hierro fundido que aporta un toque rústico. Desde esta zona se llega al dormitorio principal con baño en suite, donde las puertas estilo francés se abren directamente hacia la terraza y la piscina. Desde la cama, las vistas a la naturaleza son simplemente espectaculares.
Lo interesante de esta propiedad es que ofrece varias posibilidades: puede ser una casa muy especial para vivir todo el año o una oportunidad única para continuar con la actividad que tantos ciclistas y excursionistas ya conocen, y que genera una alta rentabilidad por año. Además, cuenta con un estudio independiente con acceso privado con licencia turística vacacional.
Si se prefiere usar como vivienda privada, hay espacio suficiente para crear uno o dos dormitorios más sin problema.
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